Encuentra el post que buscas

sábado, 14 de diciembre de 2019

POST 3: EL ABBOCATH


Es imprescindible saber coger bien una vía para nuestra vida profesional. 

La canalización de una vía venosa periférica consiste en la inserción de un catéter de corta longitud en una vena superficial con fines diagnósticos y/o terapéuticos.

Este se conecta a una llave de tres vías con alargadera y a un equipo de infusión, que permite la administración de fármacos, sueros o nutrición parenteral. También puede suministrarse la medicación directamente.

¿Qué es un abbocath?


El abbocath consiste en un catéter de plástico rodeando a la aguja.

El catéter es una sonda fina y corta que quedará introducida en el interior de la vena.

La aguja que hay en su interior tiene la punta en forma de bisel. Si el bisel es largo es más cortante y menos doloroso que si es corto. Además, el bisel debe estar siempre orientado hacia arriba para que no lesione.

La parte posterior está formada por un tubo que es la conexión al exterior y que permitirá la conexión con la llave de tres vías, o para la conexión directa con la medicación.

El abbocath cuenta con una cámara que, en el momento de la incisión, se llenará de sangre, lo que es una pista para saber que se está en vena.




El catéter puede ser de diferentes tamaños. El tamaño se mide en Gauges (G), cuyo valor es inverso al grosor del catéter, es decir, cuan pequeño es el número, más grande es el grosor del catéter.
Pueden ser desde 14 G (el más grueso) a 26 G (el más fino).

Generalmente, a un paciente que va a ingresar en quirófano se le pone un 18G. Y, si el paciente va a estar en planta y solo es para la administración de medicación, se le pone un 20 G.






A continuación, os dejo un vídeo de como se realizaría la técnica de canalización venosa periférica:







No hay comentarios:

Publicar un comentario